Actualmente se comercializan en los
Estados Unidos y en algunos países de Europa varios
tipos de plásticos biodegradables que se emplean,
principalmente, en la elaboración de envolturas para
dulces, bolsas, recipientes y envases que desaparecen
del ambiente en dos años. Si bien todavía no es posible
sustituir la producción de plásticos derivados del
petróleo por los biodegradables, las investigaciones
mencionadas apuntan a que quizá no estamos tan lejos de
lograrlo.