En los últimos años, los
científicos han puesto a trabajar a las bacterias con
una nueva finalidad: la producción de plásticos. Y no
sólo han logrado obtener compuestos con propiedades
similares a las de los obtenidos del petróleo sino que,
además, estos nuevos materiales son biodegradables, es
decir que pueden ser destruidos por la acción de
microorganismos, lo cual puede evitar la contaminación
del medio ambiente.
Desde hace algunos años,
los investigadores del Laboratorio de Ecología y
Genética Microbianas del Departamento de Química
Biológica concentran su labor en los
polihidroxialcanoatos (PHA), moléculas producidas por
diversas especies bacterianas que, por sus propiedades
físicas y químicas, son consideradas como posibles
sustitutos de los plásticos convencionales.